El libro de los Salmos se centra más que todo en las oraciones, poemas e himnos que componen un verdadero adorador. Los Salmos Registra un sin número de oraciones que marcaron un tiempo difícil en la vida del Salmista hasta su plena liberación. Muchas de esas oraciones que compartiremos a continuación se encuentran traducida en una versión actual conocida como: Traducción en Lenguaje Actual (TLA)...
1. Dios mío, ¡enséñame a hacer el bien! ¡Llévame por el buen camino, pues no quiero que mis enemigos triunfen sobre mí!
2. Dios mío, que vivan alegres todos los que en ti confían; ¡que siempre canten de alegría bajo tu protección! ¡Que sean felices todos los que te aman!
3. Dios mío, ¡tenme compasión! No me reprendas cuando estés enojado ni me castigues cuando estés furioso, pues ya no me quedan fuerzas. Devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla.
4. Dios mío, estoy muy tembloroso; ¿cuándo vendrás en mi ayuda? ¡Vuélvete a mirarme, y sálvame! ¡Por tu gran amor, te ruego que me salves!
5. Padre, en el mundo de los muertos nadie se acuerda de ti. Si dejas que me muera, ya no podré alabarte.
6. Padre mío, ¡qué grande eres en toda la tierra! ¡Tu grandeza está por encima de los cielos más altos!
7. Dios mío, tú siempre cumples tus promesas y lo has demostrado una y otra vez. Tus promesas son más valiosas que plata refinada. Podrá haber malvados en el mundo, y la maldad ir en aumento, pero tú siempre nos proteges y nos defiendes de esa gente.
8. Padre, tú eres mi Dios; todo lo bueno que tengo, lo he recibido de ti. Sin ti, no tengo nada.
9. Señor, tú eres mi Dios, eres todo lo que tengo; tú llenas mi vida y me das seguridad.
10. Padre, gracias a ti, la herencia que me tocó es una tierra muy bella.
11. Dios mío, yo te bendigo por los consejos que me das; tus enseñanzas me guían en las noches más oscuras.
12. Padre, yo siempre te tengo presente; si tú estás a mi lado, nada me hará caer.
13. Dios Santo, tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!
14. Padre, ¡Demuéstrame que me amas! Yo sé que tienes poder para salvar de sus enemigos a quienes buscan refugio en ti.
15. Dios mío, ¡Despertar y verme en tu presencia será siempre mi mayor alegría!
16. ¡Dios mío, yo te amo porque tú me das fuerzas! Tú eres para mí la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite!
17. Dios mío, tú alumbras mi vida, tú iluminas mi oscuridad. Con tu ayuda venceré al enemigo y podré conquistar sus ciudades. Tus enseñanzas son perfectas, tu palabra no tiene defectos. Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti.
18. Nadie parece darse cuenta de los errores que comete. ¡Perdóname, Dios mío, los pecados que cometo sin darme cuenta!
19. Padre, ¡Líbrame del orgullo! ¡No dejes que me domine! ¡Líbrame de la desobediencia para no pecar contra ti! ¡Tú eres mi Dios y mi protector! ¡Tú eres quien me defiende! ¡Recibe, pues, con agrado lo que digo y lo que pienso!
2. Dios mío, que vivan alegres todos los que en ti confían; ¡que siempre canten de alegría bajo tu protección! ¡Que sean felices todos los que te aman!
3. Dios mío, ¡tenme compasión! No me reprendas cuando estés enojado ni me castigues cuando estés furioso, pues ya no me quedan fuerzas. Devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla.
4. Dios mío, estoy muy tembloroso; ¿cuándo vendrás en mi ayuda? ¡Vuélvete a mirarme, y sálvame! ¡Por tu gran amor, te ruego que me salves!
5. Padre, en el mundo de los muertos nadie se acuerda de ti. Si dejas que me muera, ya no podré alabarte.
6. Padre mío, ¡qué grande eres en toda la tierra! ¡Tu grandeza está por encima de los cielos más altos!
7. Dios mío, tú siempre cumples tus promesas y lo has demostrado una y otra vez. Tus promesas son más valiosas que plata refinada. Podrá haber malvados en el mundo, y la maldad ir en aumento, pero tú siempre nos proteges y nos defiendes de esa gente.
8. Padre, tú eres mi Dios; todo lo bueno que tengo, lo he recibido de ti. Sin ti, no tengo nada.
9. Señor, tú eres mi Dios, eres todo lo que tengo; tú llenas mi vida y me das seguridad.
10. Padre, gracias a ti, la herencia que me tocó es una tierra muy bella.
11. Dios mío, yo te bendigo por los consejos que me das; tus enseñanzas me guían en las noches más oscuras.
12. Padre, yo siempre te tengo presente; si tú estás a mi lado, nada me hará caer.
13. Dios Santo, tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!
14. Padre, ¡Demuéstrame que me amas! Yo sé que tienes poder para salvar de sus enemigos a quienes buscan refugio en ti.
15. Dios mío, ¡Despertar y verme en tu presencia será siempre mi mayor alegría!
16. ¡Dios mío, yo te amo porque tú me das fuerzas! Tú eres para mí la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite!
17. Dios mío, tú alumbras mi vida, tú iluminas mi oscuridad. Con tu ayuda venceré al enemigo y podré conquistar sus ciudades. Tus enseñanzas son perfectas, tu palabra no tiene defectos. Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti.
18. Nadie parece darse cuenta de los errores que comete. ¡Perdóname, Dios mío, los pecados que cometo sin darme cuenta!
19. Padre, ¡Líbrame del orgullo! ¡No dejes que me domine! ¡Líbrame de la desobediencia para no pecar contra ti! ¡Tú eres mi Dios y mi protector! ¡Tú eres quien me defiende! ¡Recibe, pues, con agrado lo que digo y lo que pienso!
20. Todavía no había nacido yo, cuando tú ya me cuidabas. Aún estaba yo dentro de mi madre, cuando tú ya eras mi Dios.
21. Dios mío, sólo a ti te alabaré; te cumpliré mis promesas cuando el pueblo que te honra se reúna para alabarte.
22. Dios mío, enséñame a vivir como tú siempre has querido. Tú eres mi Dios y salvador, y en ti siempre confío.
23. Dios mío, por tu amor y tu bondad acuérdate de mí. Recuerda que siempre me has mostrado tu ternura y gran amor; pero olvídate de los pecados que cometí cuando era joven.
24. Dios mío, tú eres bueno y siempre actúas con justicia. Enseñas a los pecadores a hacer lo bueno; enseñas a los humildes a hacer lo bueno y lo justo. Con quienes cumplen tu pacto y obedecen tus mandamientos tú siempre actúas con amor y fidelidad.
25. Tú, mi Dios, te haces amigo de aquellos que te honran, y les das a conocer tu pacto.
26. Padre, siempre dirijo a ti mis ojos, pues sólo tú puedes librarme de todo peligro.
27. Dios mío, yo amo el templo donde vives, donde se hace presente tu grandeza.
28. Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!
29. Dios mío, sólo una cosa te pido, sólo una cosa deseo: déjame vivir en tu templo todos los días de mi vida, para contemplar tu hermosura y buscarte en oración.
30. Padre, cuando vengan tiempos difíciles, tú me darás protección: me esconderás en tu templo, que es el lugar más seguro.
31. ¡Bendito seas, Dios mío, por atender a mis ruegos! Tú eres mi fuerza; me proteges como un escudo. En ti confío de corazón, pues de ti recibo ayuda. El corazón se me llena de alegría, por eso te alabo en mis cantos.
32. Tú, Dios mío, eres la fuerza de tu pueblo; danos la victoria, pues somos tu pueblo elegido. ¡Sálvanos y bendícenos! ¡Llévanos en tus brazos, pues tú eres nuestro pastor!
33. Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y me sanaste; ¡me salvaste de la muerte! Estaba a punto de morir ¡y me libraste de la tumba!
34. Dios mío, tu perdón nos llega a todos como una bendición; tu perdón borra nuestros pecados y rebeldías. Tú bendices y declaras inocentes, a los que no actúan con malicia.
35. Tú eres mi refugio; tú me libras del peligro, por eso, con voz fuerte, canto y festejo mi liberación. Amén.
36. Tú me dijiste: Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti. Amén.
37. No hay rey que se salve por tener muchos soldados, ni hay valiente que se libre por tener mucha fuerza. De nada sirven los caballos para ganar una guerra, pues a pesar de su fuerza no pueden salvar a nadie. Pero tú, Dios mio, cuidas siempre de quienes te respetan y confían en tu amor.
38. Tú nos das tu ayuda, nos proteges como escudo. Por eso confiamos en ti. Nuestro corazón se alegra porque en ti confiamos. Dios nuestro, ¡que nunca nos falte tu amor, pues eso esperamos de ti!
39. Dios mío, tu amor es tan grande que llega hasta el cielo; tan grande es tu bondad que llega hasta las nubes.
40. Dios mío, ¡tu amor es incomparable! Bajo tu sombra protectora todos hallamos refugio.
41. Padre, sólo en ti se encuentra la fuente de la vida, y sólo en tu presencia podemos ver la luz.
42. Dios mío, cumplir tu voluntad es mi más grande alegría; ¡tus enseñanzas las llevo muy dentro de mí!
43. Dios mío, tú bien sabes que no he guardado silencio. Siempre he dicho que eres justo. A todo el mundo le he dicho que tú eres fiel y salvas. No le he ocultado a tu pueblo tu gran fidelidad.
44. Así como un venado sediento desea el agua de un arroyo, así también yo, Dios mío, busco estar cerca de ti.
45. Tú eres el Dios de la vida, y anhelo estar contigo. Quiero ir a tu templo y cara a cara adorarte sólo a ti.
46. Te ruego, Dios de mi vida, que de día me muestres tu amor, y que por la noche tu canto me acompañe.
47. Tú eres mi Dios y mi rey; ¡tú nos diste la victoria! Por tu gran poder vencimos a nuestros enemigos; ¡destruimos a nuestros agresores!
48. Padre, yo no pondría mi confianza en mi arco y en mis flechas, ni pensaría que mi espada podría darme la victoria; ¡fuiste tú quien nos hizo vencer a nuestros enemigos!, ¡fuiste tú quien puso en vergüenza a nuestros adversarios!
49. Dios mío, tú eres todo bondad, ten compasión de mí; tú eres muy compasivo, no tomes en cuenta mis pecados. ¡Quítame toda mi maldad! ¡Quítame todo mi pecado!
50. ¡No hay razón para que me inquiete! ¡No hay razón para que me preocupe! ¡Pondré mi confianza en Dios mi salvador! ¡Sólo a él alabaré!
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Dios Bendiga Grandemente 🙏
